Radiofrecuencia

Este método resulta el tratamiento ideal para aquellas personas que no desean someterse a una operación, o a las que se les ha practicado una liposucción y quieren mejorar sus resultados. La técnica consiste en la aplicación de energía a través de la superficie de la dermis, mediante un calentamiento profundo y controlado que afecta a la piel y al tejido celular subcutáneo, provocando una serie de reacciones positivas que favorecerán el aspecto de la piel. Sus efectos lo convierten en un tratamiento muy recomendado para aquellos casos en los que el paciente presenta flacidez en áreas como la cara y el cuello, pero no tanta como para recurrir a un lifting quirúrgico.

Entre los principales beneficios que la aplicación de radiofrecuencia presenta para los tejidos, los más resaltantes son la formación de nuevo colágeno, drenaje linfático, la mejor circulación de la piel y tejido subcutáneo, migración de fibroblastos y en términos generales una piel con un aspecto rejuvenecido y más saludable. Es un tratamiento avanzado que sirve incluso para atender otras zonas susceptibles de sufrir flacidez, como la parte interna de los brazos y los muslos, abdomen y nalgas; e incluso para la región periocular.